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Concierto Vespertino 1 de febrero 2019: Orquesta Sinfónica Nacional de Chile

El concierto comienza con un tributo al centenario del nacimiento del destacado compositor chileno Juan Orrego Salas, con su Obertura Festiva Op. 21. Orrego Salas además de compositor es arquitecto, musicólogo y profesor.  Junto con ser uno de los músicos de mayor trayectoria del país, es también uno de los autores más interpretados en nuestras salas de concierto. Orrego-Salas adoptó un estilo muy inspirado por las formas clásicas. Lo “festivo” del título viene del hecho que el compositor la escribió para celebrar el nacimiento de su hija Francisca. Fue estrenada en 1948 por la Orquesta Sinfónica de Chile. La obra deja clara su intención celebratoria desde el comienzo. Contiene pasajes contrapuntísticos, episodios de fuga, y una orquestación de colores brillantes. Una característica que el público podrá notar fácilmente es la presencia de reminiscencias hispánicas. Y es que el espíritu español fue siempre una profunda influencia en la música de Orrego-Salas. (Comentarios al Programa por Álvaro Gallegos).  El Maestro Saglimbeni la califica como una obra fresca, de música latinoamericana de proyección.  Contempla esbozos de Shostakovich y es una obra dulce destinada a su hija. 

A continuación, interpretan  Capricho Español Op.34 de Niklolái Rimsky Kórsakov, una pieza de gran orquestación basada en grandes temas españoles. Kórsakov era marino, por tanto, es una visión de este compositor ruso sobre España.  La orquesta debe sonar brillante, de gran virtuosismo orquestal, como si estuviera compuesta de 100 solistas, manifiesta el Maestro Saglimbeni.  El compositor ruso se inspiró en un libro de canciones españolas para dar forma a esta obra, que retiene buena parte de las melodías incluidas en esas colecciones. Aquí da cuenta de sus notables habilidades como orquestador.  

En la segunda parte, escuchamos la Sinfonía N° 10 en Mi menor Op. 93, de Dmitri Shostakovich.   El Maestro Saglimbeni resalta la atmósfera de virtuosidad de esta obra contemporánea, de gran romanticismo, llena de mensajes que cuenta una especie de historia que podemos imaginar. Es una música a escuchar con mucha apertura con hermosísimos momentos románticos con un final fantástico. Agrega Álvaro Gallegos en sus comentarios al programa que: Las sinfonías de Dmitri Shostakovich han paulatinamente entrado al repertorio establecido de las orquestas de todo el mundo. Analizar su música es más complejo de lo que se podría pensar, debido al contexto socio-político en que le tocó desenvolverse como compositor. El régimen de Stalin comenzó a controlar las artes y la música en lo que dominó la estética del “realismo socialista”. En este, las artes debían ser simples, apelar al proletario común y corriente, y exaltar espíritus patrióticos. Pero precisamente la música se define como un arte abstracto. Fue así que Shostakovich empezó a canalizar un nuevo estilo, que pretendía en apariencia mantenerse en la oficialidad, pero que, amparándose en la abstracción de la música instrumental, podía de alguna manera “hablar en clave”.

Fotografías: Osvado Guerrero Águila. 

RODOLFO SAGLIMBENI, DIRECTOR

Nacido en 1962, estudió música en Venezuela y en la Real Academia de Música de Londres con Colin Metters, John Carewe y George Hurst, obteniendo su grado con Honores, el Diploma Director de Orquesta y numerosos premios. Fue primer finalista en el Concurso Internacional de Directores de Orquesta de Besançon (Francia), siendo, en la edición 1985, el director más joven de la competencia.

Ha sido director invitado de las Orquestas de Besançon, radio/televisión de Luxemburgo, Orquesta Haydn de Londres, de las Orquestas y Ensambles de la Real Academia de Música, del Coro Philarmonia y de orquestas sinfónicas nacionales y provinciales de España, Italia, Portugal, Rumania, Estados Unidos, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Puerto Rico, El Salvador, Chile y Argentina.

Desde su regreso a su nativa Venezuela en 1987, se ha convertido en uno de los directores de orquesta más solicitados del país y del continente americano. Miembro fundador del núcleo Lara, del El Sistema de Orquestas Sinfónicas Juveniles de Venezuela. Por seis años fue Director Asociado de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, cargo al que renunció en 1993 para dedicarse al desarrollo de uno de los proyectos musicales más importantes en su país, como Director Fundador de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal Ayacucho.

El amplio repertorio de Saglimbeni abarca los géneros sinfónicos, ópera y ballet. A través de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, es uno de los promotores fundamentales de la profusa actividad operística en Venezuela. En marzo de 1999 fue ganador del Premio Director de las Américas, en Santiago de Chile; en junio de ese mismo año ganó en Venezuela el Premio Nacional del Artista.

Galardonado con la Orden “Waraira Repano” de la Alcaldía de Caracas en su primera clase, y en la Orden “José Félix Ribas” en su primera clase en 1993, le fue adjudicado el título honorario ARAM (Associate of the Royal Academy of Music), por la Real Academia de Música de Londres. Hacia finales de 2014 fue nombrado por el Gobierno de la República de Italia como “Caballero de la Orden de la Estrella de Italia”, reconocimiento que le confiere el estado italiano por sus logros adquiridos en el campo de las ciencias, las letras y las artes.

Agradecemos al maestro Saglimbeni su buena disposición y entusiasmo por participar en los tres conversatorios que se agendaron para poder interiorizarse y comprender mejor el programa vespertino interpretado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile bajo su batuta, que se presentaba en cada ocasión.  Aprendimos muchísimo de sus amplios conocimientos musicales sobre las obras y sus compositores. 

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